lunes, 17 de mayo de 2010

HOSTIGAMIENTO LABORAL EN EMPRESA HONDA

Buscan apoyo de otros organismos para conformar un sindicato disidente

Denuncian trabajadores de Honda hostigamiento laboral y sueldos congelados

Los bonos de productividad se entregan sólo a empleados con mayores percepciones salariales

JORGE COVARRUBIAS

Hacia el exterior se escuchan versiones de las magníficas prestaciones y reparto de utilidades que entrega a sus trabajadores la planta automotriz Honda. Hacia el interior de la misma los empleados se quejan de hostigamiento laboral y maltrato psicológico. Por lo demás, aseguran que los tiempos de bonanza en que se otorgaban jugosas compensaciones desaparecieron hace años.

Ayer, una veintena de obreros inconformes se reunió para discutir la situación y surgió la idea de la conformación de un sindicato disidente, ya que aseguran, el existente está integrado por empleados de confianza que velan por los intereses de la empresa.

Uno de los empleados relató que tiene nueve años trabajando y sueldo está congelado. Los altos directivos le dijeron que haga lo que haga no le darán aumento y tampoco lo ascenderán, pero la sentencia más fuerte provino de otro que incluso se mofó: “el que es mataperros, mataperros será toda su vida”.

Los bonos de productividad, explicaron, existen pero sólo se los dan a los empleados con mayores percepciones salariales.

Acompañados algunos de sus esposa e hijos, relataron la política que se ha implementado en la empresa con el propósito de borrar toda clase de “rebelión” en pro de sus derechos laborales. La frustración y desesperación se reflejaba en sus rostros, sobre todo de aquellos que tienen una familia a la cual mantener.

“Amenazan a la gente de abandono de trabajo por salir a tomar agua o ir al baño”, se lamentó uno.

“Somos empleados, no esclavos. No te dejan subir, no puedes hace nada”, refirió otro que ha tratado de acomodar un horario para continuar estudiando.

En una mesa frente ellos, escucharon atentos líderes sindicales y activistas sociales ya conocidos en la sociedad tapatía y catalogados por el gobierno del estado y un diario de la ciudad como “agitadores sociales”: Aldo Santana, secretario general del Sindicato Único de Académicos del Colegio de Bachilleres de Jalisco (Suacobaej); Jaime Hernández, miembro de la Coordinadora 28 de Mayo; Moisés Guerrero, integrante del Movimiento de Bases Magisteriales (MBM), y Raúl Muñoz Delgadillo, presidente del Comité Ciudadano de Defensa Ambiental de El Salto. También estuvo presente la ex regidora del PRD en Guadalajara, Celia Fausto Lizaola.

Los personajes mencionados compartieron sus experiencias en la conformación de sindicatos disidentes y las represalias sufridas por agentes del gobierno. Primero les hicieron ver que para la creación de un gremio el proceso es largo, cansado y muchas veces hay que sortear los problemas económicos.

Muñoz Delgadillo explicó que por ello es necesaria la generación de un fondo económico, que servirá para sostener a los compañeros que pudieran perder su fuente de trabajo por represalias.

Guerrero completó que es necesaria la solidaridad y compromiso de cada uno de los trabajadores, evitando siempre caer en las tentaciones económicas, es decir, en los ofrecimientos que llegara a hacer la empresa para desbaratar el gremio.

Les dijo además que es importante la preparación mediante el estudio de la Constitución mexicana, la Ley Federal del Trabajo y otra serie de lecturas que ayuden a despertar la conciencia social de los trabajadores.

“Nosotros ya tenemos una instancia nacional que es la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) donde nosotros nos hemos apoyado, que son los maestros de Oaxaca, que ustedes también los vieron en la lucha muy fuerte. Ellos sí tienen una unidad completa, total. Son 70 mil trabajadores, y los 70 mil están bien alineaditos en la lucha. Para poder lograr eso, ellos han tenido que organizarse”, les comentó luego de explicarles que la CNTE se enfrenta al poder de Elba Esther Gordillo, la dirigente sindical que controla la educación en México.

Aldo Santana narró que a su ingreso al Cobaej en el año 2000, la primera sentencia que se le hizo por parte del director que lo contrató fue: “aquí están prohibidos los sindicatos, no vienes a formar un sindicato ¿verdad?”.

La pregunta venía antecedida por el intento de un grupo de profesores de crear un sindicato en 1999, cuyo movimiento fue aplacado con el despido de 25 docentes.

Dijo que la respuesta de las autoridades se extendió a la creación de un sindicato blanco -que todavía existe- para frenar sus inquietudes, el cual rechazó que los disidentes se incorporaran a éste.

“Hicimos una asamblea a escondidas, fuera de la institución, los profesores asustadísimos porque ya sabían la otra historia. Nos reunimos 28 maestros en la casa de un compañero allá metidos en Tonalá donde no nos puedan ya ver los encargados y los jefes porque eso sí, siempre hay soplones, y hay que cuidarse y no sorprenderse”, comentó sobre lo ocurrido en el 2005.

Explicó que la creación del sindicato llegó en el 2006 cuando convergieron las elecciones federales, pensando la institución en que podrían movilizarlos a favor del PAN.

Sin embargo la sorpresa para el Cobaej fue que el gremio se declaró de izquierda.

“Nosotros siempre nos hemos declarado un sindicato de izquierda; un sindicato que no entiende la lucha de clases y no entiende los movimientos políticos es un sindicato que no sirve”, subrayó.

Los trabajadores de Honda expresaron sus inquietudes y sus temores se acentuaron más cuando oyeron a los ponentes hablar de situaciones de represión policial y encarcelamiento hacia algunos de ellos.

El miedo a ser boletinados en otras empresas y no conseguir empleo también fue expresado.

“La lucha no es de un ratito, yo los conmino a que se conozcan también, a que sepan que hay consecuencias y que en el camino siempre habrá alguien que se nos quede y no por eso tenemos que desanimarnos, y lo mejor que deben hacer es no rajarse, es aguantar vara”, añadió Santana.